lunes, 23 de enero de 2012

Ascenso de yang


Esto de tener hijos es toda una experiencia. Hay momentos en los que uno llora y el otro quiere guerra, y como no tienen paciencia, ni hartura te llevan a limites insospechados. Yo voy aguantando y tragando, si no es muy intensivo cuando se van al cole o se acuestan voy digeriendo lo tragado, pero hay momentos muy intensos o que duran demasiado, entonces los cojones se me van hinchando hasta el punto que pone "full", y como no cabe más, se acumula una gran presión (de ahí la famosa frase del APM "Tinc els pebrots que m'exploten ja") entonces eso sube y me llega a la cabeza causandome enajenación transitoria, lo que los chinos llaman "ascenso de yang hepatico". En esos momentos suelo hacer y decir cosas de las que luego me arrepiento. Los cabrones de los niños son capaces de descubrir nuestra verdadera naturaleza.